(Material recuperado de la versión anterior del portal de noticias que por un problema técnico se borraron del sitio)
El riesgo de lecturas rápidas de un resultado sorpresivo.
Ocho años después y de la mano de Gustavo Notararigo, el radicalismo volvió –acaso sorpresivamente- al poder en el distrito. Ocurre en medio de una debacle nacional de la coalición gobernante, comandada por el macrismo y a la que el centenario partido hizo el aporte de su presencia territorial en el país. Como demuestra el escenario local, allí la UCR sigue siendo fuerte.
Arriesgamos que se trató de un éxito sorpresivo porque esta vez su candidato no fue un resultante del “cursus honorum” partidario, sino una persona joven, con un breve paso y un retiro previo de la política y sin experiencia de gestión. No se evalúa aquí su capacidad, que tendrá que medirse con el correr de su gobierno, sino lo peculiar de su candidatura en una estructura partidaria siempre atenta a las trayectorias.
Sería aventurado asignar el éxito de Notararigo a un recambio generacional en el electorado distrital. Es notorio que pertenece a otra generación, distinta y más joven que la del hasta ahora intendente Hugo Corvatta. Pero eso no concluye, necesariamente, en que sus votantes lo respalden por ello. Hay, en cambio, algunos indicios en contrario: las encuestas (las únicas que aquí cuentan, porque el voto es secreto y nunca existe certeza) indican que en los niveles nacional y provincial Juntos por el Cambio suele obtener sus mejores niveles de apoyo entre las personas de mayor edad, mientras que los jóvenes prefieren al kirchnerismo.
Por otra parte, el peronismo local ha incorporado últimamente a militantes menores de treinta años que dotaron de nueva vitalidad a la JP del distrito. Tampoco puede ignorarse que una de las figuras jóvenes de mayor proyección de la región, la diputada provincial Marisol Merquel, provino de ese espacio político.
Que Corvatta se acerque ya a sus setenta años puede ser un factor a tener en cuenta, pero no debería tomarse como el único determinante. Ni dar lugar a lecturas lineales que supongan que, por ello, Notararigo es el emergente de una nueva política, en contraste con el referente peronista. Ese esquema abonaría el propuesto por el macrismo nacional, que se presenta como “lo nuevo” aunque su gobierno no haya aplicado más que viejas recetas.
Con su triunfo, impensado para muchos de sus propios correligionarios, Notararigo se ha convertido en un joven referente de un viejo partido. Su gestión tendrá enormes desafíos y demostrará sus capacidades políticas en el andar. Es difícil, por el amplio margen de error, establecer pronósticos más allá de eso.
Tampoco es correcto dar por retirado a Corvatta. Si bien es cierto que las derrotas dejan heridas y que él mismo declaró que no renovar ha sido “un alivio” y lo espera un “tiempo de descanso”, también señaló algo a lo que muchos no prestaron atención: “uno nunca se retira de la política”, dijo. Sería raro que un militante de toda la vida se retire a descansar y nunca más participe. En las calles se especulará con que su situación económica y su edad ya no le demandan continuar el trabajo diario, o se dirá que los logros políticos obtenidos en su carrera ya podrían dejarlo satisfecho. Nada de eso importa en la vida de un militante político. Lo que siempre queda es la inquietud por seguir construyendo. Sirva como ejemplo, sin ir más lejos, su rival del domingo: Notararigo se había retirado de la actividad política una vez, pero volvió.
También sería extraño que nadie convoque a Corvatta: perdió por escaso margen ante su adversario, obtuvo más de mil votos por encima del binomio presidencial del Frente de Todos en el distrito, cuenta con experiencia en cargos ejecutivos y legislativos y es un referente de gran predicamento en una región que constituye todo un desafío para el peronismo, por lo adversa que le resulta. Esos son algunos de los elementos que dan verosimilitud al rumor que circuló apenas pasó el domingo electoral: que sería convocado por el gobernador bonaerense electo, Axel Kicillof. Nunca estuvieron demasiado cerca, pero ninguno desconoce el volumen político del otro.
En lo que toca a Corvatta, su tarea legislativa o ejecutiva, tanto provincial como municipal, no pasó sin dejar huella. Por mencionar sólo algunos de los hechos que pueden enumerarse entre sus méritos, impulsó la apertura de la Unidad Penitenciaria en Saavedra y acercó carreras universitarias al distrito, tanto en articulación de ofertas a distancia como con la creación y el fortalecimiento de la Universidad Provincial del Sudoeste, que tiene su Rectorado en Pigüé y, además de sus propias propuestas, sirve de base para el dictado de otras de la Universidad Nacional del Sur. Entre ellas, nada menos que la carrera completa de Medicina.
Ese currículum político y de gestión lo coloca como uno de los dirigentes más importantes del distrito y la zona, al menos desde la recuperación de la democracia. Pero no se trata sólo de hechos convertidos en meros galardones o vanas cucardas. Cada uno representa un capítulo de la historia reciente. La memoria colectiva puede estar más o menos activa, pero darla por cerrada es siempre un error.
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